¿Y si lo que necesitas es más conciencia sobre lo que tu cuerpo te está pidiendo en silencio?
Cuando hablamos de salud y rendimiento físico, es fácil obsesionarse con macros, rutinas, o métricas. Pero lo esencial eso que sostiene cada célula, cada pensamiento, cada contracción muscular suele pasar desapercibido: las vitaminas.

La energía no siempre está en el plato. A veces, está en lo invisible.

Si alguna vez has sentido que entrenas, comes bien, pero algo sigue faltando, fatiga persistente, mente nublada, bajón después de entrenar quizá no sea sobreentrenamiento ni falta de proteína. Puede ser una carencia invisible, pero poderosa: un déficit de micronutrientes que tu cuerpo ya no sabe cómo compensar.

En este punto, no te hablo desde la teoría. Te hablo desde la experiencia de trabajar con personas que entrenan con todo, comen «limpio», pero no se sienten bien.

¿La causa? Muchas veces: desequilibrios sutiles, silenciosos, pero constantes.


¿Por qué las vitaminas son el “software” de tu cuerpo?

No están ahí para “rellenar” tu alimentación. Las vitaminas son activadores. Son el puente entre lo que comes y lo que puedes convertir en energía, en recuperación, en fuerza.

  • No metabolizas sin B1, B2 ni B6.
  • No regeneras sin C ni E.
  • No sostienes tu estructura muscular sin D.

Y más allá de sus funciones bioquímicas (que puedes buscar en mil sitios), aquí va lo que realmente importa:

Si no te estás recuperando, si tus entrenamientos te agotan más de lo que te elevan, si emocionalmente no te reconoces… no subestimes el poder de lo que no se ve.


Las 3 vitaminas que cambian el juego (y no solo en el cuerpo)

1. Vitamina D: la hormona que muchos creen que es una vitamina

El sol en su máximo esplendor. Es una pieza clave en tu estado de ánimo, tu fuerza, y tu resiliencia mental.
Lo que no te dicen: más del 60% de las personas activas tienen déficit de vitamina D incluso viviendo en países soleados.
¿Motivo? Poca exposición solar real (con piel descubierta, sin protector, durante al menos 15 minutos) y estilos de vida indoor.
👉 Si te sientes «apagado/a» sin razón, empieza por aquí.

La exposición a la luz solar es tan importante y genera tanto impacto en nuestro organismo que hemos dedicado un articulo exclusivo hablando mas en detalle sobre todos su beneficios.

2. Vitaminas B: el sistema eléctrico de tu organismo

Te permiten convertir la comida en energía. Literalmente.
Cuando fallan, lo notas: niebla mental, irritabilidad, digestión lenta, fatiga inexplicable.
No necesitas un multivitamínico caro: necesitas variedad real en tu alimentación y, en algunos casos (vegetarianos, estrés crónico, uso de anticonceptivos), suplementación dirigida.

Algunos alimentos ricos en vitamina B son:  carnes, vísceras, pescado, marisco, huevos, leche y derivados lácteos, así como legumbres y vegetales de hoja verde

3. Vitamina C: más allá del resfriado

Es antioxidante, sí. Pero también colabora con la producción de colágeno, ayuda a la absorción de hierro, y modula tus niveles de cortisol.
¿Sabías que una buena dosis de vitamina C puede suavizar la respuesta inflamatoria tras entrenamientos intensos?
Es una de las más fáciles de consumir, pero también de subestimar.

Puedes encontrar Vitamina C mayormente en: Naranjas, limones, pomelos, mandarinas, kiwi, guayaba, papaya, mango, fresas, frambuesas, melón cantalupo, piña, arándanos, Grosella negra, pimientos, brócoli, coles de Bruselas y espinacas


¿Y cómo sé si me faltan?

Hazte esta pregunta honesta:

¿Cómo me estoy sintiendo realmente últimamente?

✔️ ¿Tienes energía sostenida?
✔️ ¿Tu humor es estable?
✔️ ¿Te recuperas rápido después del esfuerzo?
✔️ ¿Duermes bien y profundo?

Si alguna de estas respuestas es «no», probablemente necesites revisar más allá de tus macros.


No necesitas más suplementos. Necesitas más atención.

En lugar de llenar tu estantería de botes, empieza por escuchar a tu cuerpo. ¿Qué mensajes ha estado enviándote últimamente?

  • ¿Tu piel?
  • ¿Tu concentración?
  • ¿Tu digestión?
  • ¿Tu nivel de motivación?

Las vitaminas no son una moda ni un extra: son la base silenciosa de todo lo que funciona bien en ti.


Lo esencial: comer, exponerse, sentir

  1. Come alimentos reales: color, variedad, vida.
  2. Tómate el sol de verdad: sin miedo.
  3. Conecta con lo que sientes antes de buscar soluciones externas.

en conclusión

Empieza a observar qué te falta de lo esencial.
Lo invisible también entrena. También cura. También sostiene.

Recuerda que las vitaminas puedes consumirlas tanto a través de los alimentos como en suplementos, dependiendo de las posibilidades de cada quien, desde VDPV siempre recomendamos optar por lo natural y orgánico en primer lugar.

pequeños micro hábitos como beber el agua con limón, comer vegetales verdes con las comidas y tomar el sol por lo menos 30 minutos al día hará una enorme diferencia en ti.

Pruebalo y nos comentas qué tal ha ido, y si conoces a alguien que le pueda servir esta info, compartela. Recuerda, sharing is caring.

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